Las postales del Tío Suldyn 4 "Pero si con un Cactuar tengo"

No fue difícil llegar al Jardín Botánico de Montreal, después de todo el metro de la ciudad y los mapas gratuitos permitían una fácil ubicación. Lo difícil sería en todo caso realizar la caminata que tenía planeada en medio del frío clima de esa mañana.

Como habrán podido ver en el video anterior, el estadio olímpico y su torre reciben gustosamente a todos los visitantes de la zona, y aunque en esa mañana yo era prácticamente el único que merodeaba la zona, la bella vista de la nieve no me permitía desanimarme en absoluto.


-Le insectarium. . .o como se diga-

Mi primera parada fue el insectario. Las autoridades de la ciudad están muy orgullosos de ese lugar, pues dicen que es una de las colecciones de insectos más impresionantes que se puedan encontrar. En lo personal no he visto varios museos dedicados a los bichos y mi referencia más cercana había sido la calle de afuera de mi casa antes de que la pavimentaran, pero he de decir que el lugar es simplemente maravilloso. Efectivamente tienen en exhibición una gran cantidad de especímenes de muchas especies y resulta muy fácil perder las horas estudiando los variados tipos de animalejos. En lo personal sí soy fan de las formas y figuras tan variadas que poseén los insectos y debo decír que fue un verdadero espectáculo observar la exposición. Desde la representación de la batalla entre una avispa y una tarántula, pasando por los insectos hoja y finalizando con un collar hecho exclusivamente de escarabajos, el insectario significó una maravillosa experiencia.


-Collar de escarabajos-

Más tarde caminé por las zonas al aire libre del jardín, y aunque la nieve había cubierto todas las zonas que, llegada la primavera rebozarían de belleza, el jardín chino y la caminata resultaron más que suficiente para mi en esta primera visita.

Ah, pero no podía irme sin visitar los invernaderos que albergan muchos tipos de plantas, todos en su respectivo medio ambiente. En esta zona, se llevaba a cabo la exposición navideña y por lo tanto me encontré con arreglos propios de la época en varias salas. La verdad merecen toda mi admiración los empleados que trabajan arduamente por darle la forma de estrellas a las plantas y por adornar tan bellamente el lugar. De hecho, encontré un coro muy particular que me despidió fabulosamente. La imagen dice más que mil palabras.


-Jardín chino-


-Arreglo navideño-



-El coro navideño. . .¿no son tiernos? ^_^-

Por la tarde visité el planetario y además de observar el espectáculo con tema navideño que ofrecían practiqué mis habilidades de comprensión del francés, pues toda la presentación fue en ese idioma (oigan, el show en inglés comenzaba como 4 horas después y si me esperaba arruinaba mi itinerario). También observé el museo con tema espacial que tienen ahí. Muy interesante todo, por cierto.

El resto de la tarde fue un recorrido por la "ciudad subterranea", en la que pude curiosear por muuuchas tiendas y ver una gran cantidad de bellas quebequoises. Ya cuando la noche cayó, decidí ir a tomarme unos tragos a un bar de la calle Crescent, que según parece, es una de las zonas que más se acostumbra al respecto. Entré al bar "Los Tíos", pues pensé que un clásico ambiente mexicano podría aderezar la noche, y efectivamente no me equivoqué, pues aunque sólo el dueño era de estas tierras, la atención y los tragos me hicieron pasar un muy buen momento.


-Una de las tantas Unagis-


-Bar Los Tíos. . . CUANDO VAYAN A CANADÁ VISÍTENLO-

Así terminé mi estadía por Montreal, una ciudad de la que me enamoré y a la que seguramente regresaré algún día. Pero antes de pensar en un retorno, debía prepararme para ver a Gracia y al buen Cedric en la bella Quebéc, pero esa es otra historia y. . . ¡Oh, mira!, un Cactuar. Me pregunto si será tan simpático como los nopalitos de. . . ¡Aaaaahhhhhhhh!