miércoles, 26 de enero de 2011

Under preasure.


-Contemplad a Suldyn como nunca lo harán: serio-


Cuando era pequeño, mi madre me compró una historieta que traía robots en su portada. Por ese entonces yo tendría alrededor de 4 o 5 años y la serie de televisión Transformers era la meritita hostia!! El comic en cuestión se llamaba "Karmatrón y los Transformables" y, de hecho, fue una historieta que marcó época y que merece su post propio, pero eso será en otra ocasión, por el momento vamos a enfocarnos en el hecho de que el "cuentito" me gustó tanto que me hice no sólo fan asiduo sino que quise imitar al autor y comenzar a hacer mis propias versiones de su historia. Así fue que comencé a practicar el dibujo.



Con el paso de los años seguí dibujando en los márgenes de mis libretas y ocasionalmente en blogs que me compraban, pues no solo tenía cierta facilidad en ello, sino que me entretenía muchísimo el que podía usar ese medio para contar diversas historias, casi siempre basadas en las series, películas, cómics o incluso videojuegos que me gustaban.

No fue sino hasta la secundaria que me entró la idea de realmente dedicarme a dibujar. La perspectiva de volverme un profesional en aquello que me gustaba era algo que me atraía de sobremanera y debido a ello la práctica se volvió, por primera vez en mi vida, en algo necesario.

A partir de ese momento fue que comencé a notar mis deficiencias técnicas. Si realmente quería dedicarme a eso, debía de mejorar muchísimo mi nivel y eso sólo podía obtenerse con práctica, práctica y más práctica. También comencé a notar por vez primera la forma en la que los profesionales resolvían los problemas a los que se enfrentaban y sabía que yo podía usar esos conocimientos implícitos en su trabajo a mi favor. Sin embargo, este post no sólo trata de lo bonito del camino profesional, sino también de otro elemento que apareció por entonces y que poco a poco comenzó a hacerse presente en mi vida: La frustración.

En mi caso siempre he sido muy exigente con mi trabajo y constantemente me impulso a mejorar en todos los aspectos, lo que evidentemente me ha permitido incrementar mi nivel de dibujo constantemente. Ello es una bendición pues, sé que aún tengo mucho camino que recorrer y que no me he estancado en ningún momento. También es genial hojear libretas de dibujo de años anteriores y darme cuenta de cómo he mejorado, ya que, además, tengo buen ojo para detectar fallas en el trabajo, ya sea propio o ajeno. Y así como es un punto positivo, también lo puede llegar a ser negativo pues muy pocas veces quedo realmente satisfecho con mi trabajo, y ello puede presentar niveles de frustración francamente molestos.

-Hay que mantener la cordura cuando se está bajo presión-


De hecho, durante mi año en VFS experimenté mucha más frustración que nunca pues no sólo me enfrentaba a mi propia exigencia, sino a la de los profesores e incluso a la de los compañeros, cuyo nivel era bastante elevado. De esa manera, la montaña rusa anímica estaba presente en todo momento, pues en un segundo podías sentirte súper orgulloso del resultado de tu trabajo y de repente: ¡Zas! vas pa' abajo a sentirte la basura más inmunda del campo del dibujo, siendo este último, un sentimiento mucho más común que el primero. De hecho no recuerdo la cantidad de veces que salí tarde en la noche de la escuela sintiéndome derrotado.  Pero no quiero que suene como queja, de hecho, ese ambiente es el común en cualquier nivel profesional (desmiéntame si me equivoco), y es precisamente dicha exigencia y frustración la que te permite mejorar y ser un verdadero as. Durante ese año aprendí y mejoré lo que no lo hice en 5 años de carrera en México, por lo que estoy sumamente agradecido.

El camino del profesional es difícil y lleno de frustración, pero en el superar los obstáculos se halla una felicidad y un orgullo verdaderamente indescriptibles. Cuando se mira atrás en el camino recorrido y se observa todos los problemas superados, uno no puede mas que sentirse feliz. Es por ello que se puede seguir caminando, con la consciencia de que no importa cuántos obstáculos encontremos, siempre habrá una manera de superarlos.


-A veces hay que aplastar a la competencia (No es cierto Gina ^^)-

Stay trying!

viernes, 21 de enero de 2011

La Historia Interminable



Hace 9 años exactamente Melani y Píndaro me obsequiaron en mi cumpleaños un libro que marcó mi vida. En ese momento, mi reacción fue de inmensa alegría y muy parecida a la de la mayoría de la gente que me ha visto leer el libro recientemente: "¡El libro en el que se basa esa película que adoraba cuando era niño!" Pues efectivamente mi primer acercamiento a la maravillosa obra del autor alemán Michel Ende fue a través de la adaptación fílmica. Así pues, en ese entonces me embarqué por primera vez hacia las regiones de Fantasía que describe Ende y de las que regresaría inmensamente agradecido y satisfecho, pero no es ese viaje del que deseo hablarles en esta ocasión, sino del segundo y que recién concluí hace unos días.

¿Han leído en alguna ocasión algún libro en el que realmente pareciera que los personajes les hablan directamente a ustedes? Me refiero a que sin importar que se trate de una novela, uno mismo sea literalmente transportado a ese mundo y no solo conocido a todos los habitantes del mismo, sino que de verdad haya hecho "click" con ellos. Seguramente si, y no solo con libros pues, puede ocurrir casi con cualquier medio. El punto aquí es que página tras página y capítulo tras capítulo me vi realmente reflejado en La Historia Interminable y a través de todas las alegorías que Michel Ende plasma en el libro, mi segundo viaje a fantasía resultó no sólo una aventura más.

Para los que no lo conozcan, sólo les diré que el niño llamado Bastián Balthasar Bux comienza leyendo un libro de nombre "La Historia Interminable" donde, a su vez sigue las aventuras de Atreyu por rescatar el mundo de Fantasía de el vacío conocido como "La Nada".  Mas tarde se trata del propio Bastián quién debe de vivir su propia aventura donde se convertirá en héroe o tirano.

Al igual que Bastián, siempre he sido un ávido consumidor y creador de historias, y desde niño he viajado incontables veces al país de Fantasía. Con el pasar de cada página, pensaba: "He vivido cosas así" o "he conocido a personajes como estos" y sobre todo, he soltado literalmente lágrimas al leer cada que las palabras escritas en el papel se transformaban en mensajes que llegaban directamente a mi corazón. Sólo el final del libro Azteca había podido hacerme llorar y ahora, La Historia Interminable, en su segunda vez que pasa por mis manos lo ha conseguido hacer en varias ocasiones. Se convirtió en el libro correcto durante el momento correcto y eso jamás lo olvidaré. Descubrí tantas cosas al leerlo y no sólo sobre la novela, sino de mí mismo que de verdad no puedo sino amar esa obra.

Si hay algún libro que pueda recomendar de corazón es este, pues se trata de un libro en el que todos pueden encontrar a un viejo amigo a quien jamás está por demás volver a saludar. . .pero esa es otra historia, y será contada en otra ocasión.

martes, 18 de enero de 2011

Father & Daughter

Alguna vez le escuché a un sabio "Stories are gifts, share them"* Por lo que aquí les dejo una bella animación que ví hace ya más de un año en la gustada sección "El cinito del Tío Moose" en mi escuela. Espero que la disfruten.



*De hecho lo leí en un vaso de Starbucks, pero igual me pareció cotorra la frase.

sábado, 15 de enero de 2011

Red Dead Redemption - o El Legado de John Marston-

-Aquí Marston va a "saludar" al personaje que yo usaba en Multiplayer y que algunos aseguran era miembro de los Black Eyed Peas-

Ya hace varios meses que apareció este juego y ya hace unas 8 semanas que dejé de jugarlo, pero la verdad es que no he podido dejar de pensar en el buen sabor de boca que me provocó.

De niño nunca me consideré un gran aficionado a las historias de vaqueros. Ese mundo polvoriento y de tonos cálidos siempre me pareció falto de encanto, opinión muy similar a la que continuo teniendo de las aventuras de pirata, pero esa es otra historia y será contada en otro libro que cuando tenga éxito se hará película. Con el paso de los años no dejó de interesarme poco el género western, de hecho lo único de lo que me consideraba fan hasta hace un año era de las películas de "Los 7 Magníficos" y eso porque, luego supe que se basó totalmente en "Los 7 Samurai" cuya fórmula tiene un encanto muy particular. Así estaban las cosas hasta que llegó un trailer sobre lo que sería el nuevo juego de la compañía Rockstar, creadores de los Grand Theft Auto, que prometía bastante. Y en ese momento, un pequeño pero entusiasta foco de interés nació en mí. Ya para poner la cereza en el pastel, resultó que algunos grandes amigos también videojugadores se unían al interés sobre el juego, lo que siempre resulta en un la posibilidad de algo que fortalezca el vínculo.

Red Dead Redemption es un juego sobre el viejo oeste que nos cuenta la historia de John Marston, un antiguo forajido que se retiró de la vida del crimen pero cuyos pecados lo siguen persiguiendo. El protagonista se ve obligado a rastrear y dar caza a sus otrora compañeros, debido a que la policía ha capturado a su familia bajo la amenaza de que si Marston no hace lo que ellos le solicitan, él nunca volverá a ver a sus seres queridos. De esta manera, con chantaje, venganza y un ambiente inospito es que da inicio una aventura tan legendaria como pocas veces se ha visto en los videojuegos.
-Otro rasgo que me encantó de John es que guarda un parecido con mi personaje de rol "Marcus"-


Con un gameplay muy divertido, un multiplayer fenomenal, música excelsa y una expansión descargable épica, debería de hacer alrededor de 10 posts sobre el juego, pero en esta ocasión me quiero explayar sólo alrededor de un tema.

He de decír que si ha habido un personaje cuya forma de ser me haya realmente fascinado en los últimos años en cuestión de videojuegos , ha sido John Marston. Es cierto que uno como videojugador tiene la oportunidad de tomarse libertades con respecto a los actos que se realizan en el juego, pero Marston es un individuo con una personalidad muy bien definida y que reacciona con su forma única a todo cuanto pasa en el mundo donde vive. Es honesto, honorable y leal, así como poseé una serie de ideales que podrían dar la apariencia de ya ser obsoletos o pasados de moda, pero que de hecho, resultan revolucionarios deacuerdo al tiempo que le toca vivir. Es un alma buena en medio de un mundo caótico y desenfrenado que ya no tiene sitio para los hombres como él.

En toda mi experiencia dentro de los videojuegos he conocido muchísimos personajes y aunque algunos han dejado mayor o menor huella en mi, Marston sobresale dentro de la multitud por un sencillo motivo: Se siente tan real, que lo he llegado a admirar. Cierto es que he conocido personajes super poderosos, carismáticos o muy inteligentes que llegan a fascinar, pero que no despiertan esa reacción en mí. También he desarrollado a aquellos que las condiciones te permiten crearles una personalidad a lo largo de la aventura, haciendo que te sumerjas mucho en la narrativa (estén pendientes a próximos posts), pero ahí la clave es que precisamente TU estás condicionando sus respuestas. Marston, por el contrario vive y reacciona de tal manera que . . . de verdad lo admiro.

Otro rasgo importantísimo de la magia de Red Dead Redemption es la narrativa. La historia es buena, si, pero el cómo la cuentan es lo que la hace magistral. A lo largo de la aventura te vas enterando poco a poco del pasado de Marston y de cómo llegó a la situación en la que vive. Y no se trata de soltarte giros de tuerca impresionantes o datos tan reveladores que digas "¡Eso jamás lo hubiera pensado!" No, se trata de una historia hasta cierto punto sencilla, humana, llena de detalles que al final crea una experiencia TAN buena, que no puedes hacer más que decír: Gracias por hacer juegos así.

Jueguen Red Dead Redemption cuando tengan oportunidad, no se vayan por la frase fácil de "Es un Grand Theft Auto en el oeste", pues sería como decír que El Señor de los Anillos es como Juventud en Éxtasis, porque ambos están hechos de hojas de papel con letras en ellos. Vivan la aventura de John Marston y les aseguro que de principio a fin (Y QUE FINAL!!!) lo van a adorar.

Stay free, stay in love, stay... like you.