miércoles, 27 de octubre de 2010

Reseña: El Ilusionista

Cronos, el tiempo, lo consume todo. Su paso es incontenible y a pesar de que a primera vista las cosas se mueven de forma tan lenta que es difícil percibir los cambios en el momento en que se generan, el solo mirar hacia atrás hace que uno súbitamente se percate de que el camino recorrido es mucho más vasto de lo que se pensaba.

El tiempo es cambio y ello conlleva la muerte de cosas antiguas y el nacimiento de nuevas. Una regla que se aplica a todo y a todos. A lo largo de la historia muchas profesiones y oficios han desaparecido en las neblinas de la historia y le han cedido su lugar a otros, o a otras tecnologías.

Sylvain Chomet, un talentoso director francés de animación, quien algunos probablemente recuerdan por su película Les Triplettes de Belleville, adaptó una historia original de Jaques Tati sobre un hombre que se gana la vida actuando en escenarios de donde quiera que haya público dispuesto a apreciar su trabajo. El arte al que este sujeto le ha dedicado su vida es algo que poco a poco va perdiendo la batalla por la atención de la gente en contra de nuevas o más estruendozas formas de entretenimiento como la televisión o el Rock. La profesión del protagonista es el arte de la ilusión.

La vida siempre errante de dicho hombre lo lleva durante lo que parece ser el final de su carrera a Escocia, donde conoce a una chica cuya inocencia, aunada a las "coincidencias" del destino, la convierten en lo que quizás sea la última creyente verdadera de la autenticidad de la prestidigitación.  A partir de ahí, la chica decide viajar con él y cocinar, limpiar y hacerla de ama de casa a cambio de ese toque de "magia" que sólo el ilusionista puede crear, o así lo piensa ella, pero para desgracia del protagonista, muchos de sus trucos - regalos para la joven le cuestan cada vez más de lo de por si poco que tiene de dinero. El tiempo que ambos comparten está lleno de dificultades propicias de un mundo que cada vez tiene menos espacio para los artistas como el ilusionista, pero que sin embargo desborda verdadera magia de aquella que solo el corazón puede lograr.

La película está hecha con muy poco diálogo y en diversos idiomas, lo que sin embargo no dificulta en lo absoluto el entender lo que ocurre en pantalla. El trabajo que realizaron los animadores de la cinta para conseguir que el diálogo corporal expresara todo cuanto requería la historia es soberbio. Todos los personajes gozan de una personalidad única que cuando entra en contacto con otro individuo, se produce una explosión de color y vida que muchos animadores ya deseáramos en alcanzar.

The Illusionist es una película única y llena de aútentica mágia. Se trata de una obra un poco más madura que Les Triplettes, pero con una belleza igual o incluso mayor a la cinta antes mencionada. A fin de cuentas no se trata de poner en una balanza ambos trabajos de Chomet pues simplemente son distintintos y ambos son productos geniales que sin dudarlo recomiendo ver.

Personalmente ví The Illusionist hace un par de semanas dentro del Vancouver International Film Festival, pero he sabido que de por si la cinta se exhibió en muy pocos cines del mundo. En caso de que no la encuentren en la pantalla grande, estoy seguro que en algunos meses la podremos ver en DVD (Como Les Triplettes que se encuentra en $100 es Mix Up!!!) y en cuanto eso ocurra, no lo duden y véanla, pues se trata de verdadera magia.