Sé que la mayoría de lectores de este blog son ajenos a los asuntos deportivos, más concretamente con lo relacionado al fútbol soccer, pero hay una serie de pensamientos con respecto al partido de ayer que no quiero dejar de comentar, y les pido que no prejuzguen el post ignorándolo rápidamente.
Verán, el juego se trataba del evento deportivo del año. Era el momento en el cual, por fin, nuestra nación tendría la oportunidad de superar el yugo futbolístico que ha impuesto Estados Unidos durante ya más de una década. Si eras patriota, debías de apoyar con todo a la selección nacional, para que, unídos, alcanzáramos la victoria. Sin embargo, nuestro México querido resultó incapáz de superar al odiado rival. La selección dió un partido patético, donde, los jugadores demostraron no estar a la altura de ser llamados profesionales (en especial Rafa Márquez), ni mucho menos de portar la playera que representa a todo México.
El anterior párrafo fue una muestra de cómo muchas personas vieron el encuentro de ayer. Terminado el partido, la impresionante maquinaria mediática se encargó de juzgar todos y cada uno de los aspectos relativos al juego, y emtirieron sentencias similares a lo que escribí aquí arriba. Sin embargo, no sólo los medios informativos manosearon inmisericordemente el tema. La noticia de la derrota de ayer apareció este día, incluso en la avena que me tomo en la mañana, es más, Suldyn Said está hablando al respecto ¿no? Si, es verdad que toco el asunto, pero lo haré de una manera distinta.
Desde el inicio se le dió al partido una importancia que no merecía. Se trataba únicamente de un juego, no de ninguna guerra como penosamente lo llamó Televisa durante semanas. La selección de futbol es sólo eso; el representativo mexicano de la liga profesional de dicho deporte. Actualmente muchas personas piensan que estos encuentros deportivos son una forma moderna de guerra. Que sólo mediante ellos se demuestra si una nación es más poderosa que la otra. Incluso hay personas que se obsesionan tanto con los resultados (concretamente con el de ayer), que basan todo su estado de ánimo en ellos. Damas y caballeros, esto es y será siempre sólo un juego y como tal tiene, les guste o no, la misión de entretener y competir sanamente. El futbol moderno se trata de una inmensa industria comercial que muchos alimentamos, pero lo hacemos porque se trata fundamentalmente de sólo entretenimiento, no de afrentas internacionales. Se trata de que los directa, e indirectamente involucrados se diviertan, no que terminen en golpes en el vestidor o las tribunas.
Desde el principio se puso una presión injusta sobre el representativo. Estoy consciente que su profesión exige que sepan enfrentar la presión, pero, ¿fue justo el haberles colocado una losa más pesada de lo que merecían? En mi opinión la afición mexicana se mostró demasiado sádica con los seleccionados.
El representativo de los Estados Unidos ha mejorado mucho en su nivel futbolístico, es algo que debemos aceptar. Actualmente, lo normal es perder o empatar en su territorio, si, eso es lo normal, le guste a quien le guste. Lo anterior no quiere decír que se deba de tirar la toalla o aceptar la derrota antes del partido, no, los representantes de nuestra liga de futbol (no de nuestro país), deben salír a cada encuentro a dar lo mejor de sí, al igual que todos nosotros, día a día, lo que me lleva al siguiente punto:
La "decepción mexicana", así es como miles de compatriotas llaman al representativo nacional después de obtener un mal resultado. Esperan, partido a partido, que los jugadores y cuerpo técnico se esfuercen en los entrenamientos y que entreguen todo de sí durante los juegos, pero ¿cuantos mexicanos cumplen con dicha cuota de exigencia en sus labores día a día? Es muy fácil criticar hacia afuera, pero la etiqueta de "decepción mexicana" nos la merecemos muchos. No sólo aquellos que se pasan un alto, tiran basura en las calles o evitan pagar alguno de sus impuestos, no, muchos dejamos de hacer varias cosas con la calidad que debiera. Simplemente pongo de ejemplo un dicho que teníamos en mi universidad cuando debíamos entregar un trabajo a un maestro que no era tan "observador", en esos casos, para no exhigirnos de más decíamos: "Es para indios". Comprueben ustedes la cantidad de errores que contenía dicha idea, pero es aún más alarmante al compararla con lo que vemos en la calle, en el trabajo o incluso en nuestra casa, pues México es un país que trabaja día a día bajo la mísma premisa.
-Claro, somos alegres, amables y tenemos bellas traciones, pero ¿debe ser todo?-
El presente post no pretende excusar al seleccionado de futbol por la derrota, tampoco establecer un comparativo al estilo de "en los países de primer mundo sí saben hacer las cosas", tampoco el de declarar que yo sí soy un mexicano modelo, no. Mi intención es que se pongan las cosas en la perspectiva correcta, y declarar que antes de reclamar, insultar o devaluar a un conjunto de futbolistas por un resultado, debemos mirar a nuestro interior y preguntarnos si damos aquello que exigimos, pues por ahí se empieza. Personalmente puedo decír que dejo de hacer muchas, muchísimas cosas que debería y con la calidad obligada, y estoy seguro que, aunque sea en mayor o menor medida, nadie se salva.
Ah, se me olvidaba. Gracias a todo el monstruo mediatico antes, durante y después del juego ¿a cuantos de los seleccionados creén que les hayamos permitido divertirse durante el juego?
Stay zombie!
2 comentarios:
Yo no podía soportar toda la presión mediática sobre la selección. ¡Me pone histérica! ARghhhhhhhh españa españa españa españa yaaaaaaaaaaaa bastaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! que no todos somos tan patriotas, leñe!! qué horror, mira que a mi me gusta el fútbol... pero cómo se ponen por la selección me pone enferma xD
PD. Intentaré hacer lo máximo yo tb día a día, Señor S! pq es la única manera de vivir la vida!!!!!! ^_^
Muy bien post, compadre. Creo que si por algo nunca me ha gustado el fútbol es precisamente por la importancia absurda que le da mucha gente, gente que de todos modos ni le echan ganas a sus propias vidas.
Un abrazo!
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