Estoy enamorado

Fiel a la costumbre que inició Keita y que continuara Lomax, hoy me encuentro posteando algo con el título que pueden leer arriba. Sólo que hay una pequeña diferencia con respecto a lo que ellos relataron y lo que están a punto de leer: Mi tema sí es de "adeveritas" :P.

¡Ah, Montreal! Bella ciudad en donde reside la razón de mi ciudadanía y que me recibió con los brazos abiertos. Sus calles, sus edificios, su gente, la vida nocturna, la comida y. . . sus mujeres. Al tomar el tren con destino a Québec, juré que volvería y por ello más me convenía estar preparado.

Sabía que haber comenzado a estudiar francés sería buena idea y vaya que lo necesitaría si pensaba regresar a Montreal. El inicio del segundo trimestre en la Alianza Francesa coincidió con mi regreso a Toluquita, por lo que había decidido echarle todas las ganas posibles para hablar con la lengua de Napoleón Bonaparte. Aunque debo admitir que algo me preocupaba: Mi maestra del trimestre pasado podía tener la desgracia de que no le renovaran su contrato y por ello, tal vez no nos daría clase en esta ocasión. Ella había sido muy buena onda y a todo el grupo nos dolería perderla.

De esta manera llegué el primer día de clases con la incertidumbre propia de la ocasión. Subí las escaleras hacia el nuevo salón y abrí la puerta. El claro sonido dela corriente de un río me desconcertó, la luz filtrándose através de los abetos me agradó y la suave sensación del pasto bajo mis pies me relajó, pero los efectos no eran lo impresionante en esa escena, era la causa: Una deslumbrante y angelical mujer.
Caminé unos pasos y me senté junto a dos figuras borrosas que supongo eran dos compañeras y a partir de ese momento no pude apartar mi mirada. Mi cuerpo luchaba por parpadear, pero mi corazón me decía que si cerraba los ojos, cuando los abriera ella podría haber desaparecido. La batalla se libró múltiples veces, pero mis ojos, rojos como los jitomates y secos como las pepitas que venden en las tienditas ganaron siempre. . . móndrigos. Decidí poner mi cerebro en neutral para concentrarme en admirarla, digo, funciona cuando manejo y oigo música (=P) y la situación lo ameritaba. Pero, ¿quién era esa sublime musa?. Mi parte consciente dejó de mirarla unos momentos y entonces me dí cuenta de que ELLA ERA LA NUEVA MAESTRA. Órale, ¡por fin me pasaba el cliché de tener una maestra que me gustara!, no podía creérlo. De repente, la clase terminó y cuando me dí cuenta me hallaba sentado en un mugre salón sin río, abetos y sin musa. ¡Chale!

"Bueno, puede que sólo sea una cara bonita Suldyn", me dije, así que comencé a adoptar una actitud indagatoria y de evaluación (Si no sólo la maestra tiene derecho a calificar ¡ja!).

Las clases han transcurrido y he de decír que afortunadamente tenemos cosillas en común que nos pueden dar pauta para conversar:

1.-Ambos somos sagitario.
1.5.- Ella nació el 9 de diciembre (yo el 8)
2.- Estudiamos en escuelas primarias que, por su cercanía, eran las rivales por excelencia.
3.-Ambos estamos orgullosos de la educación pública que tuvimos (la única mala escuela en la que estuve fue privada T_T)
4.- A su hermano le fascina Star Wars :)

Bueno, son las que he descubierto pero sigo atento. Por otro lado, gustosamente he de comentar que con ella no me da tanta pena decírle lo bella que es y, por lo tanto, será más sencillo ir haciendo avances.

¿La mala noticia? ¡OBVIO! Ninguna rosa puede pasar desapercibida en pleno desierto, por lo que tiene novio y parece que lo quiere, pero ello no me detendrá. Será mejor que el fulano esté haciendo una labor permanente de enamorarla, ¡o si no...!

Anyway, por lo pronto estoy preparando las cosas para hacerle un retrato. Usaré toda mi pericia para ganarmela.



¡Deséenme suerte!
Stay Zombie!!!