jueves, 25 de septiembre de 2008

Gente que quiero: Guido

Cuando la década de los 90`s entró triunfalmente a los calendarios de todo el mundo, yo disfrutaba de mi recién adquirido Nintendo Entertainament System por haber sido un buen estudiante en mi tercero año de primaria. ¡Ah que tiempos, señor Don Simón!, mi calle aún estaba sin pavimentar, el ambiente de la primaria Carlos Hank Gonzales era bueno y las visitas al parque con mis primos para jugar Basketball hacían de mi infancia un deleite.

Resulta que en una ocasión mi prima Irene organizó, como la buena líder del grupo de primos que era, una ida a las canchas de basket. Cuando la tropa salió de la casa vimos a dos de los nuevos vecinos que se habían mudado a nuestra descuidada calle, afuera de su casa. Eran padre e hijo y estaban trabajando en una bicicleta que al parecer necesitaba una manita de gato. Mi prima decidió invitar al muchacho (un par de años más grande que yo) a jugar con nosotros. El que aceptara fue un hecho tan fortuito que dió inicio a la amistad más añeja que tengo.

El partido de Basket me resultó intrascendente, no así la plática que tuvimos mis primos y yo con el nuevo amigo. Su madre es de la República Checa y su padre mexicano lo que le daban (y le dan) el toque exacto para resultar original y cotidiano a la vez. Su nombre es Guido y su gusto por los videojuegos propició una laaarga platica que culminó en su visita a mi casa, el mísmo día, para verlo terminar el Super Mario Bros 2, hazaña que yo no logré hacer hasta varios años después.

Durante el tiempo que Guido vivió en la mísma calle que yo, mis visitas a su casa fueron frecuentes y divertidas de verdad. Con su amistad reuní recuerdos de la infancia que siempre llegarán acompañados por una sonrisa. Sin embargo, trístemente tuvo que mudarse y debido a ello ya casi no lo pude ver. A pesar de que la distancia no era muy larga entre nuestros hogares, no me resultaba fácil visitarlo.

Sin embargo, con él ocurrió algo que no me pasa con otros amigos: a pesar de la distancia y la disminución en la frecuencia de nuestros encuentros, buscámos continuar la amistad de una u otra forma. La verdad sea dicha, el buen Guido fue el que en la mayoría de las ocasiones buscó mantener la amistad tratando de que nos reuniéramos para platicar y jugar como de costumbre. De hecho, fue gracias a él que conocí el juego de mesa Catan, que después compartí con el resto de mis cuates con gran éxito.

Guido es mi amistad más añeja. Y como tal estoy agradecido con el destino que me haya permitido conocerlo.

Sólo para que se den una idea de todo lo que hemos compartido les pongo la siguiente foto pa'l recuerdo en donde estamos en mi casa y yo presumo el genial juego de Family de "Toki" (ja ja ja, nos vemos hyper chavitos):





Stay Zombie!!!

4 comentarios:

Kitsune dijo...

Awww
:)

Argel dijo...

Vaya, que chido contar con una amistad de la infancia. Dicen que es muy difícil mantener una amistad de la primaria o el kinder, no porque uno se pelee o se deshaga la amistad, sino porque a lo largo de los años entran en juego muchos factores, como cambiarse de casa, de escuela, etc. etc

Yo no tengo amigos tan viejos, por lo que lo felicito. Espero que su amistad dure mucho más aun.

Y lo que si no pude evitar fue ver el borreguito, que me trajo un monton de recuerdos y flashbacks, jejeje, quizás luego postee algo acerca de eso.

Master Pei dijo...

Wórales, qué chida foto!!! Compadre, neta no has cambiado! Jajajajaja... Ay, sorry, es que me hiciste recordar ese día en el cine que a Ale, menor de edad en ese entonces, lo dejaron entrar así nomás, mientras que a ti te pidieron la credencial de elector... Jejeje... bueno, ya no digo nada.

Chido el post, btw! Un abrazo!

Aisling dijo...

¡Me encantó la foto y me encantó la historia!