martes, 13 de mayo de 2008

Now we are free

Hace ya algunos años fuí al Cinemex con mis cuatitos Mike y David a ver una película que, por los cortos que habíamos visto, se antojaba chida. Cuando nos sentamos en nuestras butacas comenzamos la plática previa a la cinta la cual incluía temas tan variados como nuestra antipatía por ciertos maestros de nuestra escuela y los deseos de ver otras películas. He de admitir que en ese entonces yo desconocía muchas cosas de la cultura popular que no entraban en mis gustos particulares y por esa razón, no sabía que la película que estábamos a punto de ver, había sido dirigida por Riddley Scott (y aunque lo hubiera sabido, el nombre no me sonaba en ese entonces). Súbitamente las luces se apagaron y los cortos de otras producciones comenzaron, pero lo que siguió me dejó con la boca abierta.



Una legión romana esperaba las noticias que traería su mensajero, mientras tanto, los soldados alistaban todo para la batalla que, todos presentían, estaba a punto de iniciar. La imagen de las tropas romanas era impresionante y opacaban en magestuosidad al escenario en el cual se hallaban, pero los guerreros no eran lo más esplendoroso del entorno, era su líder. Fuerte y con gran porte, caminaba entre las filas de sus hombres, quienes inclinaban la cabeza a su paso. El general los observaba con fuerza en la mirada, sabedor de que el coraje de sus guerreros y la disciplina que poseían los había convertido en el orgullo de Roma.

El mensajero llegó decapitado, mostrando la respuesta de las hordas germánicas que se hallaban listas para entablar batalla con Roma. El general, aceptó gustoso el reto, dió ordenes a su subalterno y cabalgó hacia la batalla.

A grandes rasgos así es como viví los primeros minutos de la película Gladiador. Una cinta que me sorprendió de lo bien realizada que estaba, con una excelente producción, buenos efectos especiales, extraordinaria historia y que contó con grandes actuaciones. Básicamente fue un film que funcionó tan bien en todos los niveles que se convirtió en todo un suceso.

En lo personal, considero que Gladiador nos entregó a uno de los mejores personajes de acción que hemos visto en los últimos años: Maximus Decimus Meridius. Russell Crowe dotó al buen Maximus de una personalidad fuerte e inspiradora que se empalmó perfectamente con las hazañas que realizaba en pantalla. Sus batallas hombre contra hombre y dirigiendo ejércitos resultaron un verdadero agasajo para todo aquel que, como yo, deseara ver intensas escenas de acción con héroes un poco más creíbles.

De igual manera, no puedo dejar de comentar sobre el diseño de vestuario, que en más de una ocasión me dejó con la boca abierta. De manera especial, adoré la apariencia de "Tigris de Galia", un guerrero que se batió a muerte contra Maximus y cuya imagen les muestro aquí:



Esta película también nos dió a un gran villano que no sólo se hizo odiar, si no que también nos permitía ver su lado más humano y vulnerable, mediante el cual cimentó la mayoría de sus acciones: El Emperador Comodo, hijo del antiguo gobernante Marco Aurelio. Personificado por Joaquin Phoenix, este antagonista fue gran parte del alma de la película y debo decír que lo hizo muy favorablemente.

Gladiador es una de esas pocas películas que me crean un sentimiento de satisfacción tan intenso cada vez que la veo que no podía dejar de postearlo en el célebre Suldyn Said.

Para despedirme, los dejo con el video de la maravillosa canción "Now we are free" que aparece justo al final de la película, en una secuencia tan agradable que nunca me canso de ver.



Stay Zombie!

3 comentarios:

Arc dijo...

Enya es una increible compositora. Cuando usa voces, las usa casi como sonido ambiental. Me gusta la musica que no necesita letras para expresar el sentimiento. Significa que esta haciendo bien su trabajo.

Gladiador es una de esas peliculas que tengo el recuerdo de haberla ido a ver al cine. Fue un primero de mayo del 00, y como dia festivo, salio como 5 dias antes que en USA! la pelicula me fascino. La razon es que fue la primera vez en mi memoria que tuve la oportunidad de contemplar a un villano que no fuera supervillano.

Entiendanme, yo creci en el nido de cultura de finales de los 80, inicios de los noventa. En esos tiempos, los malos eran MALOS y los buenos, buenos. No habia visto mundos grises hasta que vi gladiador. De ahi en delante, pues ya contemple un Universo muuuuy expandido de lo que puede y no ser. De las millones de tonalidades de gris que existe. Joaquin Phoenix HIZO esa pelicula lo que es. A la larga, es la historia, y no los premios, los que inmortalizan el arte.
Crowe hizo un excelente papel como el eterno super heroe: de inmaleables valores, de convicciones pulcras e impecable honor. Ver tal conflicto (super heroe vs villano regular) le agrego un estrato mas de compasion: la empatia llegaba a chorros por el pobre Phoenix.

Disculpen, es el espacio de suldyn :P Si quiero hacer una resena de la pelicula, deberia conseguirme mi propio blog! plop!


Resumiendo:

Enya + Gladiador = no dejen de verla. Una joya de la cinematografia.

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo, de verdad que la película es buenísima. De las mejores escenas para mí son las peleas que sostienen en el Coliseo Romano. Una de las imágenes que pusiste en el post ya la utilizé como fondo de escritorio, La de Maximus con la el tipo de la más cara de hierro.

Saludos.

Christian Domínguez Pérez dijo...

Usté no se preocupe mi buen Arc, cada que usté quiera reseñar o explayarse aquí, es más que bienvenido.

Es un gustazo mi buen Hector, como siempre, tenerte por aquí. Reciba un abrazo por tener tan buen gusto de visitar Suldyn Said, frecuentemente.