-Un Suldyn con el antiguo City Hall de Toronto como fondo-
Se trataba no sólo de el primer viaje fuera del país que emprendía si no también de la primera vez que me subía a un avión, y lo más divertido de todo es que lo hacía completamente solo. Debido a ello, los nervios estaban a la orden del día y en la sala de espera del primer vuelo que tomé llegaron al punto más alto, además que el retraso de 20 minutos del avión no ayudó, pero ¿qué podía pasar?.
El vuelo pasó sin inconvenientes, pero al llegar a Houston mi primera gran afrenta se presentó. Como no sabía que onda tomé las cosas con calma y mi paso hacia el primer punto gubernamental fue tranquilo. Al llegar a este sitio, donde tenía que pasar con un agente a que midiera mi nivel de terrorismo, le hice una preguanta a una china que trabajaba para el gobierno y "asesoraba" a las personas pero cuando le questioné sobre cómo contestar una pregunta me contestó con su mal inglés: "no sé lo que dice ahí" O.o Digo, chale es la mísma forma que ves día tras día y no importa si está en español, la pregunta . . . digamos “6” ¡dice exactamente lo mísmo!. Luego, al pasar con el fulano que te hacía el chequeo antes mencionado, el trato descortés se presentó firmemente. Con decírles que pude entrar a E.U. gracias a mi nacionalidad canadiense y el fulano me preguntó entre otras cosas: "¿cómo conseguiste ser canadiense?" -_-U.
-"Escuela Xavier para jóvenes dotados". . . chale ni que en serio fueran tan chidos-
Más retenes lentos y estrictos y un cambio no anunciado de la puerta en la que salía mi avión, ocasionaron que perdiera mi vuelo, teniendo que abordar uno 2hrs 30 mins. después de lo programado.
Mi llegada a Toronto fue sencilla y debido al cansancio sin anecdotas interesantes, pero al día siguiente me contacté con mi guía de la ciudad, el buen Keita quien me mostró la bella estación de tren “Union”, cuya extraordinaria arquitectura es objeto de estudio para varios estudiantes de arte quienes acuden a dibujar el edificio en diversos estudios de perspectiva. Más tarde, Keita y yo caminamos a Chinatown, hogar de los célebres Bubble-tea que yo tenía unas ganas enormes de probar. Sólo puedo decirles que son deliciosos y resultan la excusa perfecta para ir con los cuates a uno de los establecimientos que los venden y echar una buena plática.
-Un Keita en Union Station-
-Nada como un buen Bubble-tea sabor taro con tapioca-
Antes de proseguir, considero necesario platicarles de mi visita al Eaton Centre, la plaza comercial más grande de toda Canadá. Con sus 4 niveles llenos de tiendas, es el paraíso para un comprador. . . y también su infierno, pues es extremadamente fácil dejarse llevar por todos los productos que ahí se encuentran, y en menos de un tris, cualquiera se puede quedar con los bolsillos vacíos.
Más tarde, como el hambre comenzaba a hacer estragos, buscamos el restaurante donde Keita celebró tiempo atrás, el haber sobrevivido un ataque de un juego infantíl. Habiendo hallado el lugar, aprovechamos para comer una algo de curry y noodles mientras observábamos a un cangrejo moribundo flotar en el tanque de aguan donde tenían a las langostas que más tarde cocinarían.
Habiendo llenado el estómago, nuestra siguiente parada fue el sector de la universidad de Toronto y debo decír que ahí sí que dan ganas de estudiar. Basta comentar que uno se sentía recorriendo las inmediaciones de la escuela Hogwarts de magia y hechicería y que con sólo mirar en la dirección correcta, el profesor Snape aparecería para reprendernos.
-Parte de la "pom pom pom, universidad de Toronto, rumble rumble"-
Eso fue, a grandes rasgos lo acontecido en mis primeros dos días de aventura en Canadá. Sin embargo, las emociones no habían hecho más que comenzar y las proezas continuarían pero esa es parte de otra historia y será contada en otro lugar.
7 comentarios:
¡Que chido! Felicidades maestro, se ve que se divirtió un buen. Me alegra mucho. Ya urge un cafecito para que oir sus anécdotas de viva voz.
Pos nomás espero que regrese para que platiquemos chido mientras jugamos Munchkin y le echamos montón al panda.
Ya te lo había dicho, pero me da mucho gusto que te la hayas pasado chido por esos lares.
Estaré esperando las próximas "postales del tío Suldyn"
:)
¡Qué padre! Muchas felicidades por el viaje.
Una lástima que cuando a mí me tocó visitar Canadá (Toronto, también) fue por accidente... mi vuelo desviado y mi imposibilidad de llegar a EU (sigo sin visa gringa y sin ganas de sacarla). Así que como quien dice nomás conocí el trayecto del aeropuerto al hotel y viceversa... traía puros vales de comida y taxi y exactamente 64 pesitos mexicanos en mi cuenta... qué horror...
Pero la gente se me hizo linda... sobre todo el chofer del taxi que resultó ser irlandés (ahhhh... con razón).
Lástima que te hayan tratado mal en gringolandia... pero bueno, así está la paranoia. Por cierto... ¿cuál era la pregunta número 6...?
-Gracias mi querída Kit. Siempre es genial escuchar o leer tus palabras.
-Órale, fue toda una aventura tu viaje en Toronto mi estimada Aisling. Suena chido lo del taxista Irlandés.
Sobre lo de la pregunta 6, era algo sobre los articulos que llevaba y que debía de declarar todos los artículos que permanecerían en E.U., pero como yo no iba a "permanecer" suponía que no debía declarar nada. Una duda que al final se resolvió en un "mejor no pongo nada y me vale ma. . ." =P
Wow, se ve que te la pasaste genial, muy buenas fotos tambien =)
Compadre, yo por eso no pienso ir a gringolandia... como bien dice Aisling, ¿sacar visa gringa? Neeeel. En fin, se me antoja un bubble-tea... suena chido. Yum!
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