miércoles, 26 de diciembre de 2007

Las postales del Tío Suldyn 2 "Ojalá no se rompa el piso"

Pues bien, Keita no podía acompañarme en mis andanzas durante el segundo día en Toronto, pero tuvo a bien, darme sugerencias sobre posibles rutas de invasi. . . digo, caminata. De esa manera, me armé de valor y esperé el autobús 25 que me llevaría desde la estación Don Mills hasta Pape. El viaje fue tranquilo y sin novedad más allá de la impresión tan grande que me dieron los autobuses de primer mundo. Esa si es forma de viajar y aunque son más caros, creo que bien vale la pena pagar por algo tan chido -comprendan, uno está acostumbrado al olor pasuco del transporte público región 4-.

De Pape, me fuí caminando hasta el Harbourfront de la ciudad. Se dice fácil, pero se requiere un gran esfuerzo =P, porque la distancia es enorme y atravecé una gran zona habitacional que comprendió un barrio griego, otro muy tradicional norteamericano y otro chino donde compré unas botanas japonesas 0.o que eran cacahuates que sabian como a los makis estos que se pueden comprar en cualquier restauránt japonés y que traían pequeños pescados como charales. Toda una experiencia.


-Nunca puede faltar la foto "cool" junto a mis botanas extrañas-

Tras superar las casas, llegué al centro de Toronto donde entré a una iglesia de la cual me corrieron porque no ví el letrero que decía "Cerrado por filmación" -en inglés, claro- . Más tarde observé la gran cantidad de bellos edificios del centro y visité el mercado de Toronto. Muy padre y me hizo decidir visitarlo más tarde ese día para comer.

Al llegar a Harbourfront conocí el Air Canada Centre (donde juegan los "poderosos" Raptors de la NBA), recorrí la bahía y llegué a la CN Tower y al Sky Dome, que están juntos con pegado. La dichosa torre resulta ser el edificio más alto del mundo y para mostrarlo tenían un comparativo que usando dibujos de estructuras como el Empire State, las torres petronas y la Sears tower y de todas, efectivamente la CN resultaba victoriosa. La verdad es que los canadienses están (al menos en apariencia) muy orgullosos de su nación y la torrecita no es la expepción. He de comentar que la vista es maravillosa, y desde el simple hecho de tomar el ascensor hacia el mirador ya se comienza a sentir el vértigo. Ya en las alturas, está el dichosísimo "piso de vidrio" sobre el cual los visitantes se pueden parar y mirar hacia abajo para darse un quemón sobre la inmensa altura de la torre. Lo graciosos es que al superar el miedo de caminar por esa superficie, ésta comienza a crugir de manera espeluznante y de verdad provoca un nerviosismo que vale la pena vivir. Cuando visiten Toronto, no deben dejar de visitar la CN Tower. =P


-La CN Tower-


-El comparativo de edificios altos. A la extrema izquierda la CN y hasta la derecha el Empire State-


-El piso de vidrio-

Al descender, opté por hacer caso a la sugerencia de Keita y recorrer el High Park. Resulta que el "parquecito" era muy ameno para caminar y observar el bello atardecer (a las 4:30!!!!). En lo personal soy bien fan de las puestas de sol y aunque debido al frío no había mucha gente, la caminata fue exageradamente agradable. Había un par de pistas de patinaje públicas donde un grupo de nativos jugaban hockey tan amenamente como aquí se practica el futból, sólo que allá cuidan mejor este tipo de instalaciones públicas. Más tarde durante la caminata, me topé con otro set de filmación, que a pesar de que no supe para qué se hizo, me causó alegía pensar que en un sólo día me encontré con dos filmaciones diferentes. ¡Órale!


-Un bello atardecer en High Park-

Mi vuelta al centro para comer fue tortuosa, pues el cansancio ya había hecho presa de mi y mi zombie-mode estaba más activo que de costumbre. Me resultó difícil llegar al mercado pero el pensar en la comida me dió ánimos. ¡Triste destino resultó mi odisea pues el mercado ya había cerrado sus puertas! Terminé caminando aún más y comiendo en un local tipo Mc Donald's donde probé algo llamado Poutine. Resulta que este platillo es típico de los restaurantes de comida rápida de Canadá y consiste en papas fritas bañadas con salsa tártara y queso. Raro, llenador y extrañamente adictivo, aunque aún no determino si fue sabroso.

Más caminata y visitas a tiendas de videos, libros y bubble-teas completaron la noche y para mi vuelta a Keita's house, la preocupación de parte de mi anfitrión sobre mi paradero se disipó (escuchen la anécdota en Antimateria 28).

Así resultó a grandes rasgos mi estadía en Toronto, pero ahí no terminaba la cosa pues aún me esperaban Montreal y Québec con todo y su frío mortal.

2 comentarios:

Kitsune dijo...

Esas botanas suenan horrendo! Pero el putin es como comer focas en verano, apoco no?
:P

Master Pei dijo...

Oye, compadre, ¿y alguna de esas dos filmaciones no serían porno? Digo, porque imagina que sí lo fueran... wórales... hubieras podido tomar fotos... y a lo mejor te hubieran dicho que--- bueno, dejémoslo así. Chido el viaje y las anécdotas.