viernes, 26 de diciembre de 2008

9 horas después

Hasta antes de hoy, hace 2 años había sido la última vez que ví a Pei en persona. En esa ocasión vino de visita al país para pasar las fiestas de fin de año entre sus amigos y familiares, por lo que los cafecitos, sesiones de videojuegos y comidas de antojitos estuvieron a la orden del día. Me pareció impresionante el hecho de que la frase "es como si no nos hubieramos dejado de ver", se había hecho realidad. Las charlas se retomaron con increíble facilidad.

Ahora, mis estimados visitantes, vengo regresando de el café de bienvenida de Pei en esta, su nueva visita al país. Debo aclarar que gracias al servicio de XBox Live y el messenger, habíamos mantenido nuestras pláticas geek relativamente constantes, por lo que la sensación que tuve durante su anterior estancia no fue una sorpresa. . . no así el percatarme, hasta que lo tuve al lado, de lo mucho que en realidad lo extrañaba.

9 horas, de las 11 a.m. a las 8 p.m. es lo que duró oficialmente el café de bienvenida (yo, sin embargo, llegué a las 12 p.m.), y debo decír que se pasaron como agua.

Mel, Ale y Pei son los cuates que "han cruzado el charco" por lapsos prolongados y cuyos regresos me alegran de sobre manera. El tenerlos lejos provoca que los extrañe, pero el reencontrarlos siempre, siempre me alegrará el espíritu.

3 comentarios:

Karen Postigo dijo...

Si en verdad es una alegria encontrarse de nuevo con amigos que estan del otro lado del mundo, pero gracias a la tecnologia ese mar que lo separa se vuelve un chalco como dices.
Que buenos que te reuniste con tu amigos, creeme yo tambien he tenido esa situacion y es maravillosa de volverse a encontrar con los buenos amigos.

Aisling dijo...

Yo he vuelto a mi casa (que es la tuya) y ya espero noticias... mientras tanto, salúdame a Pei. Estoy viendo qué hacer para otro encuentro afortunado.

Uh... feliz Navidad y año nuevo.

Master Pei dijo...

Compadre, eres mi hermano!!! Me la pasé de maravilla y me dio muchísimo gusto volver a platicar contigo cara a cara y no a través de la diadema del Xbox. ¿Pero sabes qué, condenadote? Tenemos que vernos de nuez, ahora para la taquiza, y quizá otro cafecín.

Te quiero reteharto, compadre!!! Un abrazo!