martes, 14 de agosto de 2007

La tarde del nahual


Corría la tarde del jueves nueve de agosto. Regresaba complacido del cine, pues ese día mi mamá y yo decidimos ir a ver Ratatouille y descubrimos con sorpresa que la cinta resultó ser lo mejor del verano. La charla sobre la cinta amenizó lo que de por sí era una tarde agradable para caminar. Al atravesar la alameda nos detuvimos para inspeccionar el lugar donde días antes deposité una rana que encontré en el piso de la calle Matamoros. La rana no estaba pero la sensación de que pude ayudarla a llegar a un ambiente más acorde para ella, reapareció en mi. El tomar toda la calle de Hidalgo siempre luce mejor opción que Lerdo de Tejada, pues la primera cuenta con más árboles y en general es más bonita. Los pensamientos triviales inundaban el ambiente y la brisa fría acariciaba nuestras caras. La tranquilidad lo era todo, hasta que. . .

El sonido de unas patas apareció detrás de nosotros. Al volver ligeramente la mirada observé la figura de un perro negro y grande que avanzaba a nuestras espaldas. "Es sólo un animal que lleva nuestra dirección", pensé. Cuadra tras cuadra, el sonido de las patas nos siguió y no pudimos más que extrañarnos de que este animal nos siguiera sólo a nosotros. Entonces recordé una anécdota que me contó mi madre. Cuando ella era pequeña, un perro de escazo tamaño siguió por varias calles a mi mamá y a mi tía, ello las puso nerviosas y cuando vieron que dos perros se acercaron al pequeño animal, ellas pensaron que esto las libraría de su perseguidor, hasta que vieron cómo los pastores alemán (esa era la raza de los caninos grandes) huyeron aterrados del perrito. Mi mamá y mi tía llegaron corriendo a su casa y al contarle la historia a mi abuela, ella les dijo que habían encontrado a un nahual.

En aquél entonces, era más probable creer en una superstición así pero lo que estábamos viviendo el jueves pasado, me recordó la anécdota, así que mientras seguía oyendo las pisadas caninas, le pregunté con tono bromista a mi madre, "¿no será tu amigo el nahual?". Acto seguido, el perro nos rebasó y apuró el paso para irnos tomando ventaja. Fue como si el perro lo hubiera escuchado y para no despertar sospecha, nos mostrara que no venía siguiendo, sólo que llevaba el mísmo rumbo. Lo sé porque cuando voy caminando detrás de alguien y esa persona me mira nerviosa como molestándose de tenerme detrás porque podría ser un criminal (si, claro =P), yo mísmo hago esa maniobra y continuo mi camino. Sólo que el perro de tanto en tando nos volteaba a ver.

Al llegar a la esquina de Aurelio Venegas, el perro cruzó para seguir por Hidalgo. Mi madre y yo vimos la oportunidad perfecta para dejar atrás al molesto can y dimos vuelta con dirección a Lerdo. A mitad de la cuadra, volvimos a escuchar el sonido de las patas. El animal nos seguía cautelosamente desde la acera de enfrente. Fue entonces cuando noté que los ojos de este animal no eran parecidos a los de cualquier perrro, eran. . . diferentes. Tal vez sólo me sugestioné.

Cuando entramos en un negocio, esperamos que el perro desistiera, pues planeamos hacer tiempo suficiente como para que perdiera el interés. Al mirar hacia afuera, vimos cómo el perro nos esperaba desde una esquina.

Retomamos el paso, con todo y el sonido de las patas detrás de nosotros, dimos la vuelta a la calle que lleva el nombre de la tristemente célebre localidad de Otumba, cuando decidí encarar al perseguidor. Ya antes lo había hecho, pero de forma tranquila, sólo pidiéndole que no nos siguiera, que continuara por su propio camino y deseándole que la suerte lo acompañara. No funcionó, así que opté por volver a hacerlo pero de forma más enérgica. El perro, al verme decidido buscó evadirme y atravesar la calle, en ese momento, un taxi dió la vuelta a la calle y. . . bueno, mi madre dice que cerró los ojos y pensó "no me gusta me nos sigas, pero por favor, que no te atropellen". Ahora me doy cuenta que yo pensaba igual que ella. Funcionó. El perro logró evadir el golpe y continuó asustado el camino sobre la calle en la que nos encontrábamos. Nosotros, encontramos el momento justo para hacer un giro total y volver sobre nuestros pasos, para ir por otra calle. Estábamos agradecidos de que el animal no hubiera resultado lasimado, pero tambièn decidimos no desaprovechar la oportunidad de escapar. No volvimos a ver al perro.

Cuando le contamos la historia a mi abuelita, nos aseguró que era un nahual. Yo no podría asegurarlo, tampoco desmentirlo, lo único que sé, es que fue una anécdota extraña. Y en cuanto a mi respecta, un nahual nos acompañó esa tarde.

12 comentarios:

Kitsune dijo...

Weird!!!!
Qué cosa más rara. Si me hubiese pasado a mí, la verdad me hubiera molestado mucho porque los perros no me gustan, he he he, mejor que me siga un gato (o muchos como en la peli de Haru :P)... aunque de uun perro a un ser humano bizarro, pues el perro
hehe

Kitsune dijo...

Olvidé decir que en verdad la tarde del 9 de agosto fue bizarra para todos
:P
Pregúntale a mi cuata que terminó enamorada de "esa agüita verde"
LOL

Alos dijo...

No se que es un nahual...como siempre la bendita wikipedia al rescate...
Nahual: Desde la época prehispánica se atribuye a los dioses de las culturas azteca y tolteca, entre otras, la facultad de tomar la forma de un animal (nagual) para interactuar con los humanos. Normalmente cada dios tomaba una forma o dos, por ejemplo, el nahual de Tezcatlipoca era el jaguar, aunque usaba indistintamente la forma de coyote, y la de Huitzilopochtli era un colibrí.

De acuerdo con las tradiciones mexicanas, se dice que cada persona, al momento de nacer, tiene ya el espíritu de un animal, que se encarga de protegerlo y guiarlo. Estos espíritus, llamados nahuales o nagüales, usualmente se manifiestan sólo como una imagen que aconseja en sueños, o con cierta afinidad al animal que nos tomó como protegidos. Una mujer cuyo nahual fuera un cenzontle tendrá una voz privilegiada para el canto.
Pero no todos tienen un contacto tan leve: se cree que los brujos y chamanes del centro del país pueden crear un vínculo muy cercano con sus nahuales, lo que les da una serie de ventajas que ellos saben aprovechar. La visión del gavilán, el olfato del lobo o el oído del ocelote pasan a ser herramienta de estos videntes, e incluso la superstición afirma que algunos, más preparados, pueden hasta adquirir la forma de sus nahuales, y utilizar esta habilidad de diversas formas, no todas ellas bienintencionadas, según la tradición popular. En México, se le ha dado el nombre de nahuales a los brujos que "pueden" cambiar de forma.
Sin embargo, se cree que el contacto con sus nahuales es también común entre los chamanes que buscan el beneficio para su comunidad, aunque éstos no se valen de la capacidad de transformación. Para éstos, el nahual es una forma de introspección, que le permite a quien lo practica tener un estrecho contacto con el mundo espiritual, gracias a lo cual encuentra con facilidad soluciones a muchos de los problemas que afligen a los que buscan su consejo. Un nagual es considerado como un conector de luz entre el intento y la tierra, en escencia dedica su vida por entero a la búsqueda del mundo espiritual

Argel dijo...

Cuando vivía en el DF, más de una vez me siguió un perro, diferente, y fue durante trayectos largos, generalmente cuano salía del metro para caminar a mi casa. Pero era diferente, realmente podía sentir la tristeza del animal, que necesitaba de alguien para sobrevivir, de ver como se espantaba cuando pasaban trailers o coches escandalosos. Desafortunadamente no podía tener mascotas en la casa, aunque a uno si pude ofrecerle agua y algo de comida, sin embargo tuve que dejar que siguiera con su dura vida de perro callejero.

Quizás el perro del que hablas sólo sintió la bondad que tuviste para con la rana y por eso te siguió.

Kitsune dijo...

Me acordé de un libro hermoso!!! Otilia nahual, alma de chiapaneca, hija de poemario
Otilia es la neta!!!
*Kumo tiene ese libro... si no lo ha tirado... yo se lo regalé, pídanselo*

Ivan ^ٮ^ dijo...

yo por eso pienso mas alla,
y persigo a los perros, y no ellos a mi!!

mmm aunq siempre me siguen 2 perros...
uno es gris, y otro blanco.....
un momentooo
son mis perros^^

aaaa como los extrano! =[

Christian Domínguez Pérez dijo...

Muchas gracias a todos por los comentarios y por haber leído ese post tan largo.

*Alos: Muchas gracias por la aclaración, siempre es bueno contar con la Alos-señal para este tipo de apoyos.

*Argel: Me gusta tu teoría sobre lo de la rana. Sólo que como otro dato que se me olvidó incluír está el hecho de que todas las casas por las que pasabamos que tenían perros, TODOS le ladraban al pasar. 0_o

*Keita: Gracias por visitar. =P

*Kitsune: Last but not least. Me gustaría oír más sobre las extrañas anécdotas del 9 de agosto. Igual y los planetas se alinearon o la red de locura Malkavian estuvo muy fuerte ese día. Y ya me dieron ganas de leer el libro de Otilia.

Stay tuned.

Kitsune dijo...

2 o tres cosillas un tanto vergonzosas... las demás divertidas aunque he tenido mejores
LOL

Eso de los Malkavian es la explicación más coherente a todo lo que ocurrió, me gusta!

El texto de Otilia puedes pedírselo a Kumo o comprarlo por la risible cantidad de $25 en el CTE, no te ofresco el "mío" porque se perdió al igual que otros libros en el macabro cambio de casa

Christian Domínguez Pérez dijo...

Va, espero lanzarme a comprarlo un día de estos. Suena muy interesante.

Ya tendrás que platicarme "la tarde del 9 de agosto" suena a un capítulo chido del Kitsune Show

Kitsune dijo...

Hahahaha
Te digo, he tenido mejores
:P

Pero amerita un coffee, cómo no

Christian Domínguez Pérez dijo...

Si!!!

Quiero un coffe con la gran Kitsune!!!
Tu di cuando y ahí aparecerá un Suldyn.

Master Pei dijo...

Un Nahual te siguió! Sugoi!!! Pero también uyyy, Mufasa...