Gente que quiero: Lomax

-Vaya, ya llegamos a ESE momento- Dije.
-Pues si, así parece - Respondió el buen Lomax.

En ese momento se escuchó el timbre de su casa, anunciando la llegada de Kumo y Gaby, casi como si hubiera sido planeada. Ambos comenzamos a reír locamente.

Lo anterior ocurrió una tarde de sábado en la que, como muchas otras, habíamos acordado reunirnos en casa de Lomax para compartir algo del fin de semana. En dicha ocasión llegué primero y de forma natural y completamente sencilla comencé a platicar con mi querido amigo. Mi adorada Rox sabe lo mucho que valoro el rodearme de gente con la que pueda conversar facilmente, pues no son muchas las personas con las que me ocurre, y Lomax es una de ellas. El tiempo transcurrió rápida y deliciosamente, y para cuando nos dimos cuenta ya habían pasado cerca de cinco horas. Súbitamente nos quedamos sin más temas de conversación. Nuestros cerebros trataron de compensar aquello en lo que la naturaleza de nuestra amistad había fallado inesperadamente, pero bastó un par de segundos para que nos diéramos cuenta que, efectivamente, no teníamos de qué hablar. Por primera vez, habíamos llegado a ESE momento: el del silencio. Sin embargo, como ya habrán leído, la llegada de dos grandes personas evitaron que ESE momento en verdad se hiciera presente.

Conocí a Lomax en el tiempo en el que estudiaba japonés en el CELe, y a pesar de que no ibamos en la misma clase, poco a poco fue consolidándose una solida y sincera amistad.

Sus padres lo bautizaron como Argel, pero su corazón lo hizo con el nombre de Kevin Lomax, y su ego le acreditó como Lord. Es un apasionado de aquello en lo que haya puesto el ojo en su momento, ya sea los juegos de rol, la degustación de vino, el budismo o la cocina. Cuando poseé algún conocimiento, ansía demostrarlo, pero siempre de una forma bella e inocente. Aventurero de corazón y amante de las caminatas, burócrata curtido por Salubridad y sus jefes, es el policía sanitario más temido del pueblo de Toluca, pero sobre todo, es una maravillosa persona que tengo el privilegio de llamar amigo.

Me encanta reír a su lado, y no porque nuestro humor sea exquisito o lleno de ingenio, si no porque ambos lo hacemos con una honestidad y alegría desbordante. Es extraño pero en la vida me ha tocado conocer a muchas personas que pareciera que limitan su risa, como si no se permitieran disfrutarla, aunque fuera por un instante. Lomax es una de las personas con las que me puedo reír, sabiendo que que él también ríe con sinceridad absoluta.

No quisiera terminar este post sin darle el gran crédito que merece por ser el artífice de un proyecto que tocó muchas más vidas de las que ni siquiera mi más optimista pronóstico hubiera imaginado: Antimateria Podcast. Gracias Lomax, por motivarnos a hacer esa maravillosa empresa y por dirigirlo siempre con estoicismo y cariño. Eres una inspiración.

-La salsa inglesa French tiene el Lomax Approval Seal-

¡Salve Lomax, el Lord que se ganó a pulso dicho título!